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domingo, 6 de septiembre de 2009

TRISTEZA



Con la tristeza a cuestas voy camino de la montaña. Ya sabes que voy en busca del Oráculo y de su Pitonisa. En mi Oráculo no habla la sacerdotisa poseida por Apolo, sino mi querida Pitonisa.
Ella me conoce, me deja ser yo mismo y me deja ser Polaris, me deja hablar. Me ruega que mi yo hable con mi otro yo. Que hable con Polaris, que aclaremos las cosas. Hasta aquí soy yo y hasta aquí Polaris, así seguro que estaré mejor. Que le hable cara a cara y le diga quien soy yo, y lo que quiero.
Le haré caso, escucharé el silencio que hay entre mis pensamientos y buscaré al Polaris que hay en mi.
Aquí la soledad es la ayuda que precisan mis pensamientos para acercarme al silencio, para dejarme encontrar la temida tristeza.
Gracias Pitonisa, hablando contigo la tristeza se ha vuelto melancolia y poco a poco en el camino de regreso creo adivinar que en tus palabras había escondida la sonrisa del Oráculo.

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